
¡Gracias Padre, porque nos has hecho capaces de llenar nuestro corazón de los sentimientos de tu Hijo! ¡Gracias, su entrega hace ligera nuestra andadura por estos caminos de la tierra! ¡Desde la humillación de Cristo surge nuestra liberación! Es tu Palabra la que nos lo dice: “Hermanos: tengan entre ustedes los sentimientos propios de Cristo Jesús. El cual, siendo de condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de sí mismo tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz” (Flp 2, 5-11). 😔☦😒 Padre, en boca de Pablo nos pides con urgencia: “Tengan entre ustedes los sentimientos propios de Cristo Jesús”. No puede ser de otro modo. La identificación con Jesucristo va desde lo íntimo a lo externo, si no hay esos sentimientos dentro no habrá actitudes acordes. Lo que vivimos interiormente se manifiesta externamente en forma concreta, palpable y medible. Nos invitar a realizar ese camino que pasa por el proceso de crecimiento en la humildad, llenos de sentimientos nobles como los de Cristo. 😊🤩😚 ¡Llena nuestro corazón, Padre amoroso, de esos grandes sentimientos!
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P. Francisco A. Méndez S. SDB